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Imagen
original |
Recorte (se suprime parte de los píxeles) |
Reflejo
horizontal |
Remuestreo (cambia el número de píxeles) |
Ajustes tonales
Forman este grupo el resto de operaciones posibles sobre la imagen: las
que afectan a los valores de los píxeles existentes, manteniendo
su posición y tamaño. Ciertamente, en algunos casos está
más claro que en otros, por ejemplo: cuando clonamos una parte
de la imagen en otra zona, podríamos discutir si estamos trasvasando
píxeles o valores de píxel, pero el debate sería
intrascendente.
En general, los ajustes tonales no afectan al tamaño informático de la imagen. Son la excepción aquellos cambios de modo que aumentan o disminuyen la profundidad de bits. Tampoco suelen ser reversibles, así que si las decisiones no son lo suficientemente acertadas como para llevarnos al resultado apetecido, las sucesivas manipulaciones del tono pueden degradar la información, al punto de obligarnos a comenzar de nuevo.
Cabe distinguir por otra parte dos tipos de ajustes tonales: los que modifican los valores del píxel independientemente de su posición (mejora global), y los que tienen en cuenta los valores de los píxeles vecinos (mejora local). En el primer grupo están los ajustes básicos relacionados con el histograma: Niveles, Brillo, Contraste, Umbral, Ecualizar, Curvas, posterizar, invertir, etc. En cualquiera de éllos, dos píxeles de igual valor tendrán idéntico resultado.
La mejora local define alrededor de cada píxel una máscara o zona contínua que abarca los píxeles vecinos hasta una determinada distancia. Con los valores de estos píxeles se hacen determinados cálculos que dan el nuevo valor para el píxel central. La ejecución de los cálculos para toda la imagen, en los que dos píxeles idénticos pueden obtener diferente resultado según su entorno, se denomina filtrado. La variedad de filtros disponibles es muy amplia, aunque podemos destacar varias familias, como los filtros enfoque, desenfoque o distorsión.
Imagen
tratada con curvas. Los cambios dependen del valor de píxel, no de su situación |
Filtro
"Máximo" con valor de radio 2. Cada píxel adopta, canal por canal, el valor máximo entre sus vecinos |
Un poco de orden
Es común en las rutinas de trabajo profesionales separar lo dimensional
de lo tonal, ocupándose primero de uno y después del otro.
Cuando se tratan fotografías para trabajos diversos de impresión,
se suele comenzar por reencuadrar y dimensionar. Es lógico descartar
primero las partes de la imagen que no interesan, para que no influyan
en un posterior ajuste de niveles. Sin embargo cuando se procesa una sesión
de fotos pensando en hacer luego versiones para el visionado e impresión
a diferentes tamaños, lo habitual es resolver los ajustes tonales
en un máster, para no hacerlos más que una vez, y definir
las dimensiones al hacer copias para cada cosa.
En lo que suele haber unanimidad es en dejar para el final el uso de filtros de enfoque para el realce de los detalles. La máscara de enfoque por ejemplo es muy flexible, pero fácilmente produce cambios drásticos a partir de los cuales se hace difícil prever el efecto de nuevos ajustes.
Otra situación típica es la preparación de imágenes para la web. Suelen darse tanto un reencuadre por recorte como una fuerte reducción del tamaño en píxeles. En este caso puede ser provechoso reencuadrar al principio pero dejar el remuestreo para el final, ya que los ajustes tonales sacan mucho más partido de una imagen con bastante información, y los filtros de enfoque también. El suavizado que produce un remuestreo fuerte puede contrarrestarse mucho más eficazmente con una máscara de enfoque previa que con una posterior, aunque puestos a afinar, es buena estrategia aplicarla sistemáticamente antes, y más suavemente después.