FLEXIBILIDAD PARA RETOCAR
Transición, Pincel de Historia o Capas
de ajuste son tres de los recursos más funcionales de los programas
de retoque. Puede parecer que han estado ahí toda la vida, pero
lo cierto es que en los comienzos del tratamiento digital de imágenes,
las posibilidades no eran mucho más que un puñado de funciones
con las que se podía cambiar la posición o el color de los
píxeles, y en su momento, cada uno de estos recursos, hoy familiares,
supuso un sorprendente avance.
A lo largo del tiempo el trabajo casi artesanal de los
retocadores ha ayudado a multiplicar la funcionalidad de los programas,
demandando la incorporación al repertorio disponible de nuevas
herramientas y comandos capaces de solventar las situaciones y problemas
que iban surgiendo.
Las técnicas que marcan a diferencia entre los
buenos programas y el resto, son aquellas en las que el programador ha
tenido la habilidad de extrapolar situaciones y llevar soluciones de unos
ámbitos a otros.
Son buenos ejemplos el haber aprovechado la manera de
guardar una selección como canal para ofrecer la posibilidad de
tratar con filtros el contorno de la selección, haber creado las
capas para aprovechar las ventajas del trabajo con objetos, o aplicar
la descripción vectorial a los trazados de recorte.
Hoy comentaremos tres herramientas que destacan por
la flexibilidad que proporcionan en el trabajo: el comando Transición,
el Pincel de Historia y las Capas de Ajuste.
Transición: ni para ti, ni para mi
En efecto, usar en PhotoShop la opción Transición o en PhotoPaint Regular último comando es como regatear el resultado de un ajuste, cuando el resultado nos parece
excesivo. Veremos que se basa en la manera de anotar los datos en memoria
y en las técnicas de fusión de capas.
Regular último comando, en Corel PhotoPaint. Se matiza el
resultado
con un valor de porcentaje y opcionalmente un modo de
fusión.
Cada vez que ejecutamos una operación en la imagen,
se crea una copia modificada en la memoria, sin borrar el estado anterior.
Tradicionalmente, con la siguiente operación el programa sobreescribía
la penúltima copia, con lo que siempre había dos versiones
completas de la imagen en la RAM. Esto permitía retroceder en cualquier
momento un paso con Ctrl+Z, pero los anteriores estaban borrados, y para
volver más atrás era preciso comenzar de nuevo, recuperando
el original del disco duro.
Ahora los ordenadores van relativamente sobrados de
memoria, y podemos deshacer muchos más pasos, lo que obliga al
programa a conservarlos, pudiendo gestionarlos con recursos como la paleta
Historia. Lo que sí ha quedado como característica de los
programas de retoque, es el uso de Ctrl+Z como conmutador que alterna
siempre los dos últimos pasos, y que tan cómodo resulta
para hacer un rápido “antes y después” y valorar
lo que acabamos de hacer.
Pues bien, siempre que la última operación
afecte solamente al valor de los píxeles, esto es, con cualquier
ajuste tonal y con la mayoría de los filtros, los dos últimos
estadios que se conmutan con Ctrl+Z pueden combinarse igual que si se
tratase de dos capas superpuestas, y es exactamente lo que hace el comando
Transición, con la posibilidad añadida de poder matizar
el ajuste con un modo de fusión.
Así se entiende, además, que Transición
sólo se pueda utilizar inmediatamente después de hacer un
ajuste o filtro, o inmediatamente después de deshacerlo.
Al
aplicar esta posterización se estropean los colores. Con
Transición, además de amortiguar
el efecto con un
porcentaje, se protegen los tonos cambiando al modo luminosidad.
Pincel de Historia: navegar en el tiempo
Esta herramienta de PhotoShop parece haber nacido también de un
extraño matrimonio: el del tampón de clonar con la paleta
historia. Si con el tampón podíamos pintar no con un color
concreto, sinó con información de otra zona de la imagen,
otra capa o imcluso otra imagen, ahora podemos hacerlo desde otro paso
o instantánea de la paleta historia, como quien trae algo del pasado
o del futuro.
A la posibilidad de recuperar parcialmente un instante
anterior del proceso, el pincel de historia añade las ventajas
de poder configurar el tipo de pincel, el grado de dureza, opacidad, flujo
e incluso el modo de fusión con que se aplica. Por otra parte,
ha introducido una de las ideas más celebradas por los profesionales
del retoque: la de “trabajar hacia atrás”
o “pintar desde el futuro”
Esta técnica es lo que hay detrás de muchos
de los impresionantes retoques que se hacen en fotografía de glamour,
especialmente en el trabajo de suavizar texturas e imperfecciones de la
piel, al tiempo que se realzan otros rasgos.
En estos casos se pueden necesitar dos o más ajustes
diferentes según las zonas a trazar. Un ejemplo simple sería
aplicar filtros de desenfoque y destramado para suavizar la piel hasta
que toda textura molesta haya desaparecido, aunque los ojos, pelo, etc.
se vean completamente estropeados. Se guarda una instantánea y
se retrocede al origen. Se hace entonces una máscara de enfoque
que realce los rasgos expresivos sin miedo de exagerar un poco, aunque
la piel parezca un mapamundi. Se guarda otra instantánea y se vuelve
atrás.
En la parte superior de la paleta historia permanecen la imagen
de partida, una versión
difuminada y otra enfocada. El Pincel
de historia puede pintar desde cualquiera de las tres.
Finalmente, con el pincel de historia se pintan manualmente
las diferentes zonas tomando información de una o de otra instantánea.
Ayuda mucho hacerlo con un pincel semiblando. Como siempre, aconsejo huir
de las durezas 100 o 0, predefinidas en PhotoShop, y usar en este caso
durezas entre el 40 y 50%, como con el tampón.
También es muy conveniente bajar la opacidad del
pincel, por ejemplo al 20%, con lo que podemos insistir más en
unas zonas que en otras, hasta alcanzar en cada una el nivel adecuado
de realce o de suavizado. Trabajar con opacidades bajas puede marcar las
diferencias entre un retoque en su punto y otro excesivo que convierta
una cara en insufrible porcelana.
Capas de ajuste
Cuando una imagen tiene capas, hay en ciertos lugares dos o más
píxeles que ocupan la misma posición. Un píxel opaco
oculta, pero no elimina, al píxel que tiene debajo. Como veíamos
en un artículo anterior, al existir valores diferentes se pueden
generar diversos resultados según cálculos matemáticos
entre éllos. De ahí nacen los modos de fusión, y
muchas veces una capa tiene como única función influír
sobre la capa subyacente sin alterar su información.
La intención de proteger los datos originales
y saber que el antes y el después de un ajuste tonal pueden ser
tratados como dos capas, ha llevado a inventar las capas de ajuste. Éstas
anotan los cálculos y modificaciones que transforman lo que había
en aquello que vemos, conservando los datos de partida intactos.
La capa de ajuste es realmente la visualización
de los cálculos, de tal forma que si editamos la imagen en su capa
base, el ajuste superpuesto se adapta automáticamente a los nuevos
píxeles. En esto se parecen mucho a los efectos de capa –sombras,
biselados-, que una vez definidos se ajustan sólos a cualquier
modificación en la capa.
Reservando para otro artículo una descripción
de los tipos de capas de ajuste, su manejo y sus aplicaciones prácticas,
vamos a hacer ahora una exposición breve de lo que pueden aportar
al trabajo con imágenes.
En PhotoShop las tenemos disponibles para los comandos
de relleno –tanto de color sólido como degradado o motivo-
y para la mayoría de los ajustes tonales. En PhotoPaint, donde
se denominan objetos lente, se aplican con ajustes de tono o con los filtros
más comunes.
Se benefician de las características de las capas,
como la opacidad, modos de fusión, efectos de capa, y de forma
muy especial el control de la visibilidad mediante una máscara
de capa que obligatoriamente llevan asociada. De hecho, si queremos desplazar
una capa de ajuste sólo moveremos su máscara de capa.
Pintando en la máscara de capa decidimos en qué
proporción se aplica el ajuste a diferentes zonas. También
se puede controlar si la capa de ajuste afecta a una o a todas las capas
de imagen inferiores. En principio, si no hay una selección activa
cuando creamos la capa, influirá en todas las visibles que estén
por debajo. Si hay un trazado o una selección activa, definirá
automáticamente la máscara para la capa de ajuste.
Si queremos asociarla en PhotoShop a una capa concreta,
lo más fácil es crearla justo encima, y agruparla con ésta
con el comando Ctrl+G, antes llamado Agrupar,
y ahora en CS Crear trazado de recorte.
En una situación más rebuscada, si queremos
que afecte a dos objetos o capas concretas y no al resto, se puede rellenar
la máscara de capa de negro. Después se selecciona el contenido
de cada capa pulsando sobre su nombre en la paleta capas y con la tecla
Control presionada, se pulsa luego en la miniatura de la máscara
de la capa de ajuste y se rellena la selección con blanco.
Los parámetros de la capa de ajuste pueden modificarse
en cualquier momento, pulsando dos veces en su miniatura o en el menú Capa>Opciones de contenido. También se puede transformar
en otro tipo de ajuste, en el menú Capa>Cambiar contenido
de capa.
Pintando
de blanco en la máscara activamos los ajustes donde queremos.
El icono señalado crea nuevas capas de ajuste.
Aunque normalmente nos interesará conservar las
capas de ajuste independientes, son posibles ciertas combinaciones entre
éllas. He comprobado que PhotoShop permite combinar entre sí
capas de ajuste tonal y también entre sí capas de relleno.
Sin embargo aunque se pueden combinar capas de ambos tipos, el resultado
descarta las de ajuste, limitándose a combinar los rellenos. Una
capa de relleno puede rasterizarse individualmente. Cualquiera de estas
combinaciones significa perder el status de capa de ajuste y pasar a ser
una capa normal.
Más sentido puede tener agrupar una capa de ajuste
con otra capa de ajuste que está debajo. Se consigue que la máscara
de la capa inferior actúe también sobre la capa superior,
en combinación con su propia máscara.
Por último, si combinamos una o más capas
de ajuste, de cualquier tipo, con la capa o grupo de capas a las que afectan,
los efectos se fijarán definitivamente, transformándose
en una capa normal.
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