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TÉCNICAS DE COLOREADO

Uno de los trabajos de laboratorio más interesantes en la fotografía química era el coloreado de copias en blanco y negro. Quizá el principal mérito estaba en superar las tremendas dificultades técnicas y las limitaciones que los propios productos químicos imponían. En digital no hay límites al color y cualquier mal paso es recuperable, pero colorear una vieja foto digitalizada sigue siendo una labor que requiere paciencia, destreza y un método claro.

Para obtener una imagen a color a partir de una escala de grises, primero hay que cambiar el modo a RGB u otro que admita una paleta de colores suficientemente amplia.

Al cambiar el modo la imagen no cambia visualmente, pero ya permite que apliquemos diferentes tonos. Para ésto hay también diversidad de opciones y técnicas.

Vamos a centrarnos, además, en lo que llamamos imágenes a todo color, dejando aparte otras posibilidades como virados al sepia y otros tonos, que no dejarían de ser monocromas, y otras variantes como duotonos o tritonos.

Colorear a pelo
En la prehistoria del retoque fotográfico, cuando no había capas, ni transición, ni modos de fusión variados, y sólamente había la posibilidad de retroceder un paso del proceso, las opciones eran pocas, evidentemente.

La técnica más primitiva consistía en utilizar la opacidad del pincel para aplicar el color:

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El principal inconveniente es que siempre conseguimos un término medio entre lo que teníamos y el color que se aplica. Al insistir para ir aproximando el color final vamos perdiendo el claroscuro original, sobre todo en los negros y en los brillos:

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Matizar con Transición
Cuando el comando Transición, además de estar disponible para rectificar filtros, lo estuvo también para ajustes de tono y rellenos, nos facilitó bastante las cosas. Ya no había que tantear primero la opacidad de la pincelada. Era más rápido rellenar primero del color de referencia:

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Y ajustar a continuación el porcentaje en la transición:

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Otra ventaja añadida, e importantísima, fue poder utilizar el modo de fusión Color, que no altera la luminosidad original. Esto significa que se puede volver a rellenar con otro color diferente, sin degradar los datos, o bien ajustar el tono con comandos como Tono/saturación, antes de deseleccionar la zona.

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Canales y capas
El uso de canales y capas fue otro paso adelante en cuanto a flexibilidad. Los canales pueden guardar las selecciones de cada zona para recuperarlas más tarde, mientras que las capas permiten separar las aportaciones de color, manteniendo intactos los datos de partida.

Seleccionando una zona concreta en una capa en modo color, se puede rellenar, ajustar la opacidad, tono, saturación, o incluso introducir con pinceladas matices de otras tonalidades, que es cuando realmente se puede aproximar un coloreado a una toma real en color. Además, todo ésto se puede rectificar en cualquier momento, y la selección se puede asociar con la capa como máscara de visibilidad.

Una opción reciente que está dando muy buenos resultados, son las Capas de ajuste, asociadas a un ajuste tonal. Hay varios comandos muy interesantes para asignar y variar color localmente a una fotografía, como son Equilibrio de color, Tono/saturación, Corrección selectiva, e incluso para ciertos efectos Relleno de color, Mapa de degradado o Filtro de fotografía.

El control sobre el tono que se puede conseguir combinando en una capa de ajuste la visibilidad -con la máscara de capa-, la opacidad global, el modo de fusión de capa y los propios parámetros del ajuste, es enorme en comparación con las técnicas anteriores.

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En este caso hemos jugado un poco con todas las posibilidades, para lograr un efecto menos uniforme:

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La limitación de las capas de ajuste es que, por definición, no guardan datos de imagen sinó datos de modificación. Por lo tanto no podemos aplicar sobre éllas pinceladas de colores diversos. Para éllo tendríamos que recurrir a otras capas ordinarias en modo Color, Tono o Superponer.

Aunque se tiende a utilizar siempre el modo Color, los otros dos que citamos también son interesantes. Vamos a compararlos, superponiendo una capa rellena de cián a una foto:

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Original
Capa superpuesta
en modo Color
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Capa superpuesta
en modo Superponer
Capa superpuesta
en modo Tono

En modo Color se mantiene la luminosidad del original, pero el tintado afecta visiblemente a toda la imagen. En modo Superponer se conservan los valores originales cuanto más próximos estén a los extremos de la escala, en cada canal, por lo que el tintado afecta menos a las altas luces, los negros y los tonos intensos. El modo Tono mantiene la luminosidad y también la saturación del original, por lo que los cambios son menores en las zonas neutras, y visibles en las intensas.

Escogeremos por tanto el modo de fusión idóneo para colorear, dependiendo de qué características del original queramos conservar o variar.

En la próxima entrega detallaremos un proceso de coloreado por zonas, combinando varias de estas técnicas.

 

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