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Un
bitmap, o "mapa de bits" es realmente una imagen |
Si anotamos cada píxel con 2 bits, las posibilidades se duplican: 4 colores. Con los primeros monitores en color se usaron gamas de 16 tonos (4 bits), pero resultaban muy limitadas. Con un byte (8 bits) tenemos 256 tonalidades posibles, con lo que podemos intercalar 254 niveles de gris entre el negro y el blanco.
En
escala de grises hacemos imágenes acromáticas o |
Otra opción es definir una paleta o índice de 256 colores diferentes, y así cada valor de byte asignará al píxel uno de estos valores. Al querer abarcar no sólo la escala de luminosidad, sinó también tonos e intensidades diferentes, la paleta puede quedarse un poco justa en algunas zonas como los degradados, en los que pueden aparecer saltos bruscos de color (efecto banda). Pueden disimularse entremezclando píxeles de tonos disponibles en las zonas fronterizas.
Imagen
en color indexado de 8 bits, sin tramado. |
Para las imágenes a color, el salto cualitativo se da al utilizar varios bytes por píxel. La profundidad de 24 bits permite usar modos de color basados en la combinación de 3 primarios, aplicando a cada uno de éllos una escala de luminosidades buena, de 1 byte. El peso informático se triplica respecto de la escala de grises o del color indexado, pero la gama de tonos disponible se eleva a unos 16,7 millones. El modo más utilizado en fotografía digital es el RGB o RVA (Rojo, Verde, Azul), que se adapta a la tecnología de las cámaras, escáneres, proyectores y monitores.
En
RGB (RVA), cada píxel es la combinación de un |
El modo CMYK o CMAN (Cián, Magenta, Amarillo, Negro) responde a las técnicas de impresión basadas en la cuatricromía, es decir, la combinación de tintas Cián, Magenta, Amarilla y negra, a cada una de las cuales corresponde un byte. Las posibilidades con 4 bytes son varios miles de millones, pero realmente la gama descrita son 100 millones, ya que cada uno indica el porcentaje de superficie tintada, como es tradicional en las artes gráficas, es decir, 100 valores en lugar de los 256 posibles.
En general, notaremos las imágenes CMYK algo más suaves y continuas que las RGB porque hay más tonos intermedios, pero también algo menos saturadas, algo que entenderemos cuando hablemos de espacios de color. Convertir a CMYK sigue siendo necesario para una impresión offset, pero no para los actuales sistemas de impresión doméstica y revelado digital.
El
modo CMYK está basado en las proporciones de |
Mezcla aditiva y sustractiva
Los modos RGB y CMYK son en cierta manera complementarios, ya que combinan
la luz sumándola o filtrándola. Los primarios de un sistema
son los secundarios en el otro, como se puede ver:
A-
Combinación aditiva. B- Combinación sustractiva. |
Entender el sistema RGB, en el que hacemos todos o casi todos los ajustes en las fotos digitales, es fácil si intentamos hacer nosotros mismos el esquema gráfico que acabamos de ver. Para rellenar zonas se puede usar un selector con reguladores RGB que podemos mover de 0 a 255. Usando sólo estos dos valores extremos, los tonos posibles serán los 8 que necesitamos. Un primario tendrá un valor 255 y dos 0, un secundario dos valores 255 y uno 0. El blanco tendrá los tres valores 255 y el negro los tres 0.
Obtención del primario Rojo con los reguladores RGB |
Otro tipo de selectores son como paletas de muestras, son más rápidos aunque menos explicativos, y normalmente ofrecerán los primarios y secundarios
Paleta
de muestras en PhotoShop. Las seis |
Diferencia entre profundidad de bits y modo
de color
Es simple: dos modos, como la escala de grises y el color indexado de
8 bits, pueden tener la misma profundidad, es decir, usar la misma cantidad
de bits para describir el color. Existen otros modos de 24 bits además
del RGB, como HSB (Tono, Saturación, Brillo) o LAB, que describe
la luminosidad del píxel con uno de los bytes y los valores cromáticos
con los otros dos. Son modos teóricos, ya que los dispositivos
de salida no los muestran ni reproducen, pero amplían mucho las
posibilidades de ajuste y tratamiento.
Por otra parte, también es posible usar un modo a diferentes profundidades de bits. El caso más habitual es el RGB de 16 bits, en el que cada uno de los tres primarios se codifica con 2 bytes, multiplicando el número de colores teóricos. Aunque la salida se realice a 8 bits por primario, con 16 se pueden aplicar muchos ajustes consecutivos sin que los sucesivos redondeos en los valores postericen y empobrezcan la gama de tonos.