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EL COLOR DE LA IMAGEN DIGITAL
profundidad de bits y modos de color

¿Has hecho alguna vez uno de esos pasatiempos en el que un dibujo en blanco está dividido en zonas con un número que indica el color? El ordenador hace lo mismo con cada píxel de nuestra foto, poner un número para que el monitor o la impresora lo rellenen de un color. Además, se puede usar desde un único lápiz negro hasta una colección virtual de muchos millones de lapiceros.

Los medios informáticos no pueden guardar imágenes en el sentido físico de la palabra. Lo que hacen es anotar una serie de datos que permiten rehacer, o más bien replicar, esa imagen. Ya hemos visto que el método utilizado en la fotografía digital es dividirla en filas y columnas de píxeles, para anotar ordenadamente el color de cada uno.

Profundidad de bits
Así pues, el color de cada píxel va a ser un número en la cadena de datos, y dependiendo de cuántos colores queramos diferenciar, necesitaremos más o menos bits. La profundidad mínima es un bit por píxel: dos informaciones posibles que se traducen en negro (0) o blanco (1).

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Un bitmap, o "mapa de bits" es realmente una imagen
formada por píxeles blancos y negros

Si anotamos cada píxel con 2 bits, las posibilidades se duplican: 4 colores. Con los primeros monitores en color se usaron gamas de 16 tonos (4 bits), pero resultaban muy limitadas. Con un byte (8 bits) tenemos 256 tonalidades posibles, con lo que podemos intercalar 254 niveles de gris entre el negro y el blanco.

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En escala de grises hacemos imágenes acromáticas o
neutras con un byte por píxel

Otra opción es definir una paleta o índice de 256 colores diferentes, y así cada valor de byte asignará al píxel uno de estos valores. Al querer abarcar no sólo la escala de luminosidad, sinó también tonos e intensidades diferentes, la paleta puede quedarse un poco justa en algunas zonas como los degradados, en los que pueden aparecer saltos bruscos de color (efecto banda). Pueden disimularse entremezclando píxeles de tonos disponibles en las zonas fronterizas.

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Imagen en color indexado de 8 bits, sin tramado.
Se aprecia el efecto banda en el cielo, el casco o el agua.

Para las imágenes a color, el salto cualitativo se da al utilizar varios bytes por píxel. La profundidad de 24 bits permite usar modos de color basados en la combinación de 3 primarios, aplicando a cada uno de éllos una escala de luminosidades buena, de 1 byte. El peso informático se triplica respecto de la escala de grises o del color indexado, pero la gama de tonos disponible se eleva a unos 16,7 millones. El modo más utilizado en fotografía digital es el RGB o RVA (Rojo, Verde, Azul), que se adapta a la tecnología de las cámaras, escáneres, proyectores y monitores.

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En RGB (RVA), cada píxel es la combinación de un
valor de 0 a 255 de Rojo, otro de Verde y otro de Azul.

El modo CMYK o CMAN (Cián, Magenta, Amarillo, Negro) responde a las técnicas de impresión basadas en la cuatricromía, es decir, la combinación de tintas Cián, Magenta, Amarilla y negra, a cada una de las cuales corresponde un byte. Las posibilidades con 4 bytes son varios miles de millones, pero realmente la gama descrita son 100 millones, ya que cada uno indica el porcentaje de superficie tintada, como es tradicional en las artes gráficas, es decir, 100 valores en lugar de los 256 posibles.

En general, notaremos las imágenes CMYK algo más suaves y continuas que las RGB porque hay más tonos intermedios, pero también algo menos saturadas, algo que entenderemos cuando hablemos de espacios de color. Convertir a CMYK sigue siendo necesario para una impresión offset, pero no para los actuales sistemas de impresión doméstica y revelado digital.

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El modo CMYK está basado en las proporciones de
tinta con que se imprimirá la imagen.

Mezcla aditiva y sustractiva
Los modos RGB y CMYK son en cierta manera complementarios, ya que combinan la luz sumándola o filtrándola. Los primarios de un sistema son los secundarios en el otro, como se puede ver:

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A- Combinación aditiva. B- Combinación sustractiva.
Nótese que sumando luz, toda mezcla es más clara
que cualquiera de los colores que intervienen, mientras
que restándola, los secundarios son más oscuros que
los primarios.

Entender el sistema RGB, en el que hacemos todos o casi todos los ajustes en las fotos digitales, es fácil si intentamos hacer nosotros mismos el esquema gráfico que acabamos de ver. Para rellenar zonas se puede usar un selector con reguladores RGB que podemos mover de 0 a 255. Usando sólo estos dos valores extremos, los tonos posibles serán los 8 que necesitamos. Un primario tendrá un valor 255 y dos 0, un secundario dos valores 255 y uno 0. El blanco tendrá los tres valores 255 y el negro los tres 0.

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Obtención del primario Rojo con los reguladores RGB

Otro tipo de selectores son como paletas de muestras, son más rápidos aunque menos explicativos, y normalmente ofrecerán los primarios y secundarios

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Paleta de muestras en PhotoShop. Las seis
primeras son los primarios RGB y CMY

Diferencia entre profundidad de bits y modo de color
Es simple: dos modos, como la escala de grises y el color indexado de 8 bits, pueden tener la misma profundidad, es decir, usar la misma cantidad de bits para describir el color. Existen otros modos de 24 bits además del RGB, como HSB (Tono, Saturación, Brillo) o LAB, que describe la luminosidad del píxel con uno de los bytes y los valores cromáticos con los otros dos. Son modos teóricos, ya que los dispositivos de salida no los muestran ni reproducen, pero amplían mucho las posibilidades de ajuste y tratamiento.

Por otra parte, también es posible usar un modo a diferentes profundidades de bits. El caso más habitual es el RGB de 16 bits, en el que cada uno de los tres primarios se codifica con 2 bytes, multiplicando el número de colores teóricos. Aunque la salida se realice a 8 bits por primario, con 16 se pueden aplicar muchos ajustes consecutivos sin que los sucesivos redondeos en los valores postericen y empobrezcan la gama de tonos.

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